El sueño 2018-01-02T14:40:49+00:00

El Sueño

Una serie de nuevos comportamientos emergen durante los años de la adolescencia a causa de cambios en el cerebro. Aunque estos nuevos comportamientos a menudo pueden irritar y frustrar a los padres, son completamente normales en el contexto del desarrollo del cerebro adolescente.

Un cambio importante que ocurre es en el patrón del sueño luego de la pubertad. Los patrones de sueño cambian durante la adolescencia porque el Sistema Circadiano (el reloj biológico) del cerebro cambia. Esto ocurre como resultado de complejas interacciones dinámicas entre el desarrollo cerebral determinado genéticamente y el impacto del medio ambiente. Durante la adolescencia, el patrón infantil usual de “levantarse temprano y acostarse temprano” cambia a un patrón de “levantarse tarde y acostarse tarde”. Este cambio natural en el ritmo circadiano es acentuado por el ambiente del adolescente.

Los adolescentes a menudo están expuestos a luces brillantes por la noche, estimulación electrónica y social que los mantiene activos hasta la madrugada, y saludas de fin de semana que llegan hasta bien entrada la madrugada. Todos estos factores convergen y establecen un nuevo ciclo de “ir a dormir tarde y levantarse tarde”. Estos cambios pueden presentar dificultades para Ud. y su adolescente.

Por qué los adolescentes necesitan del sueño

Los adolescentes se quedan despiertos hasta mucho más tarde que los niños más pequeños, y aún así se ven obligados a levantarse temprano en días de escuela, su tiempo total de sueño es más corto en los días lectivos que en los fines de semana, y esto altera el ritmo del sueño.

Los adolescentes necesitan alrededor de 9 a 9 ½ horas de sueño cada noche – más que lo que necesitan los preadolescentes. Puesto que no llegan a esta cantidad durante la semana, muchos adolescentes tratan de recuperar el sueño perdido los fines de semana, lo que normalmente molesta a sus padres.

Es importante recordar que los adolescentes duermen hasta tarde los fines de semana, ya que son privados de sueño. Ellos han creado una enorme deuda de sueño durante la semana y tienen que pagarla en el fin de semana. La privación del sueño en los adolescentes puede afectar negativamente el control de la conducta, la emoción y la atención, y es un impedimento importante para el aprendizaje, el logro de la competencia social, la concentración, enfoque y la calidad de vida.

Los horarios escolares no se basan en los patrones de sueño/vigilia de los adolescentes. Los estudiantes en las clases de la mañana reportan estar menos alerta, más cansados, y se esfuerzan más para prestar atención. Con toda esta falta de sueño no es de extrañar que los adolescentes lleguen tarde a clase, con sueño, reacios a participar en actividades extracurriculares y de mal humor. ¡Y no es de extrañar que muchos padres vean a sus hijos adolescentes como un dolor de cabeza en las mañanas! Disminuir la cantidad de actividades estimulantes por la noche (TV, teléfono, Internet) es una forma de recuperar las horas de sueño perdidas. Muchos de los desarrollos sociales que pueden ayudar a corregir el problema de la falta de sueño en los adolescentes implican grandes cambios en la política social. Estos incluyen: planes de estudio escolares y la política de reestructuración, para comenzar y terminar la escuela más tarde, y la creación de una conciencia más amplia de la privación del sueño entre los padres, los maestros y los médicos.

Los cambios cerebrales durante la adolescencia son tan importantes como los cambios corporales. Los adolescentes necesitan dormir, no sólo porque es parte de su constitución biológica, sino también porque beneficia a su desempeño social y académico, así como su salud mental. Así que, en vez de luchar con los adolescentes en la mañana, permítanles dormir y denles un fuerte abrazo con un buen desayuno.