Trastorno Bipolar
El Trastorno Bipolar es un tipo de trastorno del estado de ánimo. Sin embargo, a diferencia de la Depresión, el problema en el Trastorno Bipolar está en la regulación del cerebro de las subidas y bajadas del estado de ánimo normal. En el Trastorno Bipolar, las personas ciclan entre períodos de Manía (estado de ánimo muy elevado o irritabilidad) y períodos de ánimo normal o Depresión (sentirse muy triste o estado de ánimo muy bajo). Estos ciclos (a veces llamados episodios) de Depresión y Manía pueden ser frecuentes (diarios) o infrecuentes (apartados por años). Mientras que en los adultos, un episodio de Manía incluye síntomas de euforia y grandiosidad; en los jóvenes, un episodio de Manía a menudo se manifiesta en la forma de irritabilidad y síntomas de grandiosidad.
Una persona con Trastorno Bipolar usualmente experimenta un episodio depresivo antes de experimentar un episodio maníaco y hasta puede llegar a tener varios episodios depresivos antes de un episodio de manía. Es por esta razón que algunas personas con Trastorno Bipolar son originalmente diagnosticada con Depresión.
Menos del 2% de las personas tienen Trastorno Bipolar (cualquier tipo) y es casi igualmente prevalente en los hombres y las mujeres. Usualmente comienza a finales de la adolescencia y a principios de los 20’. Los síntomas del Trastorno Bipolar pueden ser sutiles o extremos. Los síntomas leves del Trastorno Bipolar pueden a veces ser confundidos con simplemente “ser adolescente”. Pero los conflictos típicos de la adolescencia no causan el Trastorno Bipolar ni ningún otro trastorno mental. El Trastorno Bipolar es un trastorno en el control cerebral del ánimo, causado por una combinación de genética y el ambiente. De hecho, el Trastorno Bipolar tiene un gran componente genético, por lo cual los familiares inmediatos de personas con Trastorno Bipolar corren mayor riesgo de desarrollar también el Trastorno Bipolar que las personas sin familiares con el transtorno.
Hay dos tipos de Trastorno Bipolar:
- Trastorno Bipolar I: El joven debe experimentar por lo menos un episodio maníaco, aunque es probable que también experimenten episodios depresivos.
- Trastorno Bipolar II: El joven debe experimentar por lo menos un episodio depresivo así como un episodio hipomaníaco. Un episodio hipomaníaco es una versión menos severa que un episodio maníaco.
Episodios Depresivos
Son parecidos a los episodios depresivos experimentados cuando se tiene Depresión. Ocurren casi todos los días durante el curso de por lo menos 2 semanas y pueden incluir:
- Sentirse triste y bajo la mayoría del día
- Perder interés y placer en la mayoría de las actividades
- Ganar o perder una considerable cantidad de peso
- Comer mucho más o mucho menos de lo usual
- Dificultad con el sueño o dormir todo el tiempo
- Inquietud o la sensación de estar moviéndose en cámara lenta, que es notable por otros
- Fatiga o falta de energía
- Sentirse inútil o culpable sin razón
- Dificultad con el pensamiento o la concentración
- Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio
Episodios Maníacos
Ocurren la mayoría del día, casi todos los días durante el curso de por lo menos una semana. Incluyen:
- Auto-estima exagerada o grandiosidad (por ejemplo, actuar como si fueran superiores a los demás)
- Poca necesidad de dormir (ej. sentirse descansados luego de dormir sólo 3 horas)
- Necesidad de hablar continuamente – habla rápida y a veces confusa
- Tener demasiados pensamientos al mismo tiempo, sentir la presión de los pensamientos en la cabeza
- Actuar distraídos o inhabilidad de enfocarse
- Más participación en actividades dirigidas hacia una meta (ej. en el ámbito social, en la escuela o en el trabajo) o inquietud, a pesar de que la actividad no tenga sentido o lógica
- Participación excesiva en actividades riesgosas con consecuencias negativas (ej. compras excesivas, inversiones de negocios imprudentes, uso de drogas, promiscuidad sexual)
- En casos severos, se pueden experimentar alucinaciones (es decir, ver u oír algo que actualmente no está allí) o delirios (es decir, creer en algo que no es verdadero hasta cuando se presenta evidencia en lo contrario)
Episodios Hipomaníacos
Son similares a los episodios maníacos y duran 4 o más días consecutivos, pero no interfieren significativamente en la vida de la persona. Los síntomas hipomaníacos son menos severos, por lo cual no siempre parecen ser problemáticos, aunque sean notablemente diferentes de la conducta usual de la persona. Aunque una persona puede ser muy productiva y completar muchas tareas cuando se está en medio de un episodio hipomaníaco, también los puede llevar a participar en actividades o conductas riesgosas que pueden resultar en consecuencias negativas.
Estos síntomas son mucho más severos y duran más que los subidas y bajadas de ánimo comunes de la vida. Aunque la mayoría de la gente experimenta cambios en el estado de ánimo ante eventos positivos o negativos, los cambios de ánimo en las personas con Trastorno Bipolar ocurren sin ninguna provocación externa y no son fácilmente controlados por la persona. Algunos individuos experimentan un “estado mixto”, en el que se experimenta manía y depresión al mismo tiempo.
Para muchas personas con Trastorno Bipolar, pueden haber períodos de tiempo (que duran de días a años) en los que el estado de ánimo está bajo mejor control y dentro de los limites “usuales”. Esto es especialmente verdadero si la persona está siendo tratada efectivamente.
Recuerde, usted no puede diagnosticar a alguien con Trastorno Bipolar sin un asesoramiento de salud mental adecuado realizado por un profesional de salud mental apropiadamente capacitado.
Aunque la característica principal de la manía es una sensación extrema de euforia, en realidad, es bastaste diferente de simplemente sentirse muy feliz. La emoción es extrema e intensa, a menudo incómoda. La irritabilidad es frecuentemente mezclada con la euforia y este estado de ánimo se desarrolla por su cuenta, no como reacción a un evento positivo. Es probable que una persona en un episodio maníaco actúe en formas poco realistas, como si no estuvieran en contacto con la realidad. Para alguien experimentando Manía, tareas imposibles parecer ser completamente factibles. La auto-estima es tan alta que la persona aparenta ser arrogante o engreído. Se los ve constantemente moviéndose, hablando o cambiando de dirección (físicamente, así como en medio de una conversación). De mayor preocupación, una persona experimentando Manía tiende a tomar riesgos peligrosos e innecesarios sin conciencia de las consecuencias. En un episodio maníaco, la persona puede llegar a apostar todos sus ahorros de una, llevar a un hijo pequeño a hacer ala delta, gastar un dineral en una tienda de lujo o tener sexo sin protección con un extraño. La manía es muy diferente de sentirse muy feliz.
La exacta relación entre el auto-daño deliberado, como cortarse, y el Trastorno Bipolar no es bien comprendida actualmente. La mayoría de las personas con Trastorno Bipolar no se auto-lastiman y muchas personas que se auto-lastiman no tienen Trastorno Bipolar. El auto-daño ocurre por muchas razones, incluyendo para entumecer el dolor emocional. Para algunas personas, el acto de cortarse libera químicos que temporariamente les ayuda a sentirse mejor. Sin embargo, con tiempo, como cualquier adicción, la persona termina necesitando infligir más y más auto-daño para producir los mismos efectos. Aunque el auto-daño ocurre en ambos géneros, ocurre más a menudo en las mujeres que en los hombres.
1. Aliente a la persona a buscar ayuda (si es apropiado, llévelos usted mismo a ver a un profesional de la salud mental)
2. Hágale preguntas para darse una mejor idea de la situación:
- ¿Alguna vez te ha dicho alguien que pareces estar agitado, parlanchín o distraído?
- ¿Alguna vez pasas por períodos en los que sientes que puedes hacer absolutamente cualquier cosa, sin importar que tan difícil o improbable sea?
- ¿Alguna vez pasas por períodos en los que haces cosas que otras personas consideran muy riesgosas, como tener sexo no protegido, uso de drogas, apostar o ir de compras excesivamente?
- ¿Alguna vez pasas por períodos en los que te sientes muy triste, bajo o deprimido?
- ¿Alguna vez pasas por períodos en los que pierdes interés en cosas que solías disfrutar?
- ¿Alguna vez pasas por períodos en los que duermes mucho más o mucho menos de lo usual?
- ¿Alguna vez pasas por períodos en los que tienes dificultades pensando o con la concentración?
- ¿Alguna vez piensas en cometer el suicido?
Esté bien informado. Aprenda sobre el Trastorno Bipolar y las opciones de tratamiento disponibles. Lea libros, sitios de web de confianza y discuta cualquier inquietud o preguntas con su proveedor de salud.
Ayude a la persona a mantener un seguimiento del estado de ánimo y otros síntomas luego de la diagnosis y durante el tratamiento. Use un calendario, diario o algo que hayan diseñado juntos con el equipo de asistencia médica para hacer seguimiento de lo que está sucediendo y cuándo. El diario puede incluir: cómo se sienten, si hay cambios a lo largo del día y la intensidad de estos sentimientos. Compartir esta información con el equipo de salud mental puede mejorar y ayudar a modificar el plan de tratamiento.
Ayude al joven a identificar/reconocer si están actuando irracionalmente o participando en actividades riesgosas. Comparta esta información (o aliente al joven a compartir) con su proveedor de salud. Si el estado de ánimo no se está estabilizando, es importante compartir esta información para que el programa de tratamiento pueda ajustarse.
Aliente al joven a evitar el uso de alcohol o drogas, ya que éstas son muy tóxicas para una persona con Trastorno Bipolar y pueden hacer más difícil el tratamiento de la enfermedad e incluso empeorar los síntomas.
Asegúrese de que el joven duerma lo suficiente cada noche (8-9 horas). El sueño es reparador y la falta de sueño puede desencadenar un episodio de manía.
Escúchelos. Escuchar y reconocer los sentimientos de una persona es una manera de demostrarle a esa persona que a usted le importa. Saber que hay personas a las cuales uno les importa es una parte importante de lidiar con cualquier trastorno mental.
Sea paciente. A veces puede ser frustrante cuando un ser querido no quiere hacer las cosas que solía hacer. Tómese un momento y recuerde que es el Trastorno Bipolar que los hace actuar de esa manera. Ellos no pueden simplemente sacudírselos. Volverse impaciente sólo empeorará la situación. Mantenga una actitud positiva y sea paciente.
Esté atento a las señales de advertencia de suicidio y preste atención al joven. Aquellos con Trastorno Bipolar están en mayor riesgo de suicidio que otros jóvenes.
La psicoterapia o “terapia de conversación” puede ayudar con el afrontamiento del estrés asociado con el Trastorno Bipolar. Se puede realizar individualmente (sólo el individuo y el terapista) o en grupo (grupo de personas con Trastorno Bipolar). Las formas de psicoterapia comúnmente recomendadas para el Trastorno Bipolar incluyen:
- Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): Ayuda al joven a aprender a resolver problemas y cambiar los pensamientos y comportamientos negativos a positivos.
- Terapia enfocada en la familia: Ayuda a la familia a mejor entender lo que es el Trastorno Bipolar y a aprender estrategias de afrontamiento más efectivas.
- Psicoeducación: Ayuda al joven a mejor entender lo que es el Trastorno Bipolar y a cómo manejar los síntomas efectivamente.
- A veces esta terapia se provee en grupos.
Apoyo
- Apoyo Escolar: A veces, las escuelas pueden efectuar ciertas adaptaciones para ayudar al estudiante a lidiar y manejar los síntomas.
- Apoyo Comunitario: Los apoyos de comunidad pueden incluir grupos de apoyo de adolescentes y grupos de apoyo para las familias.
- Rutina Regular: Mantener una saludable rutina regular diaria es importante para aquellos con Trastorno Bipolar.
El curso usual de tratamiento del Trastorno Bipolar es una combinación de medicamentos y psicoterapia. Aunque la psicoterapia usualmente no se necesita a largo plazo, hay buena probabilidad de que el joven siempre necesite medicamentos para estabilizar los estados de ánimo. Recuerde que el tratamiento es diferente para todos, por lo cual es probable que se prueben varias combinaciones diferentes de medicamentos hasta que se encuentre la combinación apropiada para la persona. El tratamiento también puede cambiar a lo largo del tiempo si se desarrollan nuevos síntomas o si no se logran las mejoras anticipadas.
A veces, durante un episodio maníaco o depresivo, algunas personas con Trastorno Bipolar pueden necesitar ser hospitalizados hasta que la condición mejore.
Recuerde, todos los tratamientos tienen el mismo objetivo: reducir los síntomas y mejorar el funcionamiento, reducir el riesgo de relapso y promover la recuperación. Piénselo de esta manera: mejorar, mantenerse bien, estar bien.
- Trastornos de Ansiedad (ej. ataques de pánico, Trastorno de Ansiedad Social, fobias específicas)
- Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) u otros trastornos disruptivos del control del impulso
- Trastorno de Conducta
- Abuso de alcohol o sustancias
Aquellos con Trastorno Bipolar corren mayor riesgo de suicidio, especialmente si no están tratados. Preste atención a la conducta del joven y esté alerta a las señales de advertencia de suicidio:
- Desesperanza o tristeza intensa
- Preocupación con la muerte
- Pérdida de interés en actividades regulares
- Aislamiento de la familia y amistades
- Hablar de cómo sería la vida si ellos fallecieran
- Donar posesiones valiosas
Si sospecha que alguien en su vida está pensando en el suicidio, pregúntele sobre esto y hágale saber que usted está preocupado. Hacer preguntas sobre el suicidio no les pondrá la idea en la cabeza. Los pensamientos suicidas deben ser tomados seriamente y nunca se deben ignorar. Lleve al joven al hospital inmediatamente o llame a la ambulancia. El riesgo de suicidio es serio y hay profesionales que pueden ayudar.
Stella
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Michael
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